jueves, 4 de febrero de 2016

RODEANDO AL D. F. (Toluca, Cuernavaca y Tepoztlán)

TOLUCA
Después de casi cuatro horas llegué a Toluca con dos cajas llenas de libros de ajedrez, mi valija y mi guitarra. Fue pesado llegar al taxi. (lo bueno es que la carga se va aligerando).
Estuve con mi sobrina Iliana, su esposo Marco y su hijo Marco (creo que se gastaron como 6 neuronas para ponerle nombre).
Una bonita familia


Al día siguiente descansé totalmente. Sólo en casa (los adultos en el trabajo y el niño en la escuela), me dediqué a ordenar mis “tiliches” y mis pensamientos.
Ignacio Guizar me puso en contacto con Perla Quintero, una artista de Toluca. Me comuniqué con ella desde Morelia y ella se esforzó mucho para que yo tuviera presentaciones artísticas en Toluca.
Perla resultó ser una mujer hiperactiva, del tipo de gente que regala mucho de su trabajo a causas nobles. Baila danza moderna y tiene la intención de vivir la aventura por América (como yo) con un grupo de amigos bailarines y músicos. Ojalá que lo consiga.

Con Perla Quintero

Por la noche fui a una reunión de bohemios capitaneados por el sr. Larrañaga un fotógrafo muy bueno y reconocido en la ciudad. El evento, algo informal, estuvo muy bien, con una ligera mancha:  un tipo, algo pasado de copas, de esos que gustan de ser el centro de atención de las reuniones.
Presenté un recital completo y me ofrecieron vino, la copa se vendía pero no me quisieron cobrar.


Al día siguiente me vi con Alma Nelida, una amiga que conocí tres años atrás cuando ella tenía 17 años. Nelida estudia arte gráfico en la universidad, le regalé mi último disco (Una Gran Noche) y ella me obsequió una litografía donde representó una parte difícil de su vida. Tomamos un café y platicamos toda la tarde. Lástima que al siguiente día no la pude volver a ver.




El sábado 30 nos vimos con Perla y me ofreció la chance de ir a Tepoztlán, donde trabaja su hija Fanny (que estudia en Cuernavaca), un pueblo mágico en el estado de Morelos que yo conocía sólo de oídas.
Pasé dos días más en Toluca, muy feliz y prácticamente descansando.
La última noche (domingo 31), celebraron con atraso dos cumpleaños. Marco (el papá) y su hermana Ara, estuvieron en la reunión, además de Iliana, Marco y Ara, Miguel el hermano de Marco y su novia Mariela, además de los niños (la hija de Ara y Marco). Hubo pastel, mezcal y gelatina. Canté y declamé para ellos, me sentía como en casa, fueron todos muy amables. En fin fue una velada fantástica.


Al día siguiente, por la mañana, salimos con Marco y Marco al cerro del Calvario, donde se tiene una inmejorable vista de Toluca. Me tomó Marco unas fotos con el Rey Poeta: Netzahualcóyotl.


Caminamos por el paseo Colón, donde aligual que Morelia, se cierra la calle los domingos, pero además de gente en bici o en patines, hay ajedrez.


Visitamos el hospital de animales donde trabaja Marco.


Salí de Toluca a las dos de la tarde camino a Tepoztlán.
Gracias por todo Iliana y Marco. Fue hermoso ver facetas de ustedes que no conocía. También gracias a Perla y Nelida.

TEPOZTLÁN
Me encontré con mi hija y su novio en la terminal de estrella blanca en Cuernavaca y me llevaron a Tepoztlán, recorrimos el pueblo mágico, que parecía feria (domingo), comí  dos itacates, y fuimos a buscar a Fanny (hija de Perla), quien me había buscado un alojamiento económico.



Conocí ahí a Alejandro (Chango Macho), quien vive en Tepoztlán desde hace siete años, pinta y hace música. Alejandro ha viajado mucho, estuvo en Canadá y luego anduvo por Latinoamérica, llegó hasta Bolivia pues al pasar a Brasil lo deportaron. Me regaló un disco suyo donde él toca todos los instrumentos y canta. A continuación una “rola” de su disco.


La casa estaba como a tres km. De Tepoztlán, una casa (ecológica) de Pablo y Ruth. Con ellos estaba una amiga de ellos (italiana) llamada Morena.

Morena, yo, Ruth y Pablo

Curiosamente Pablo es medio hermano de un amigo de mis tiempos de estudiante, Juan José Rivadeneyra.





Mi habitación y la vista desde la ventana

Pablo y Ruth a los 26 y 25 años respectivamente se fueron a vagar por Europa y Asia durante 19 años, en los cuales vivieron en 38 países. Finalmente volvieron a México y compraron un terreno donde acamparon mientras construían su casa ecológica. Ahora tienen un local de artesanías en Tepoztlán y hospedan gente en su casa. Se les ve felices, aunque se nota cierto deseo de volver a emprender el camino.
Al día siguiente (1 de febrero), bajamos al pueblo y canté en un par de lugares por unas monedas, realmente los cafés y restaurantes ya estaban prácticamente vacíos y no se veía la necesidad de quedarme, el lunes por la noche se iría el poco turismo que quedaba y no había posibilidades de sobrevivir, así que decidí irme de inmediato a Puebla , vía Cuautla.
El lunes por la mañana fui al ayuntamiento y hablé con David Sánchez Flores, quien se interesó en que en un futuro no lejano ofrecer un taller de ajedrez. El anterior presidente municipal saqueó todo antes de partir, y los trabajadores usaban sus propias computadoras personales, esperando pronto poder cobrar, parece que iban a trabajar unos meses más sin sueldo. ¡Hay Emiliano, cuanta falta haces en tu tierra!
Pasé la tarde en un café escribiendo y luego en el negocio de artesanías de Pablo. Aproveché para tomarme una foto con Fanny (que trabaja en el negocio de junto), la linda hija de Perla, quien al igual que su madre fue muy amable.



Empaqué y salí por la noche de Tepoztlán. Un lugar muy hermoso pero donde no parecía haber nada para mí.
Mis preocupaciones por mi proyecto de viaje aumentaron, pues me di cuenta que las cosas podían ser nada fáciles.
Lo mejor que me llevé de ahí fue la gente que conocí y el haber visto el Tepozteco (imponente y hermoso), la montaña que da nombre al pueblo.
Salí de Tepoztlán a las 9 de la noche, con los últimos turistas (del D. F.), que esperaban su camión. Hice migas con cuatro chavos jóvenes y me tomé una foto (lástima, salió mal) con una de las chicas.

Esperando la salida de mi camión a Cuautla



Ahí comenzó otra parte de mi calvario personal. En Cuautla las terminales de camiones cierran por la noche y tuve que conseguir hospedaje en un hotel de paso (Gran Sama) por $140.00 la noche (cobraban $60.00 por hora para las parejas que iban por un rato).

Por la mañana después de bañarme, comer un tamal y beber un litro de leche, salí a Puebla.

CONTINUARA...

1 comentario:

  1. Muy interesante Chucho. Si que no es fácil, es posible que la ley del promedio te favorezca, ánimo. Un abrazo.

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