jueves, 3 de marzo de 2016

PUEBLA Y CUITLAHUAC

PUEBLA
En Puebla se me acabó el mes de Movistar y me quedé sin conexión. Logré comunicarme con Shayven, quien me hospedó y me compró casi todos los libros que me quedaban (qué aliviane, la carga era muy pesada).
Vive con su esposa Silvia (muy agradable), y dos lindas hijas: Ashany (4 años), Sougen (6 años), muchos pecados tiene Shayven por pagar, sus dos hijas son muy lindas y comenzará a pagar en 10 o 12 años.



Estuvimos un rato en su negocio, en el centro comercial: El Campanario. Ahí conocí a varios amigos ajedrecistas, que parecen tener grandes planes para el ajedrez poblano, espero todo les salga bien.




Por la noche fui al centro a conocer los lugares donde pudiera conseguir trabajo. El Barrio del Artista se veía muy bien para mis propósitos.
Finalmente me arreglé para trabajar en El Realengo el viernes 5 y en el 19-40 café el sábado 6 de febrero.



Hice trato para actuar en el 19-40 Café, pero el día del evento (4 de febrero), sufrieron un atraco y se canceló.
Viví varios días de paz y tranquilidad con Shayen y su familia. Incluso el sábado me atacó una gripa en la mañana y milagrosamente desapareció ¡en unas horas! Con la medicina que me dio Silvia.
El día 5 me fue de maravilla en El realengo, el público me recordó las grandes noches del “Colibrí” en Morelia. Pero lo mejor fue el domingo, Shayven organizó un evento para sus familiares y amigos en la casa de la tía Martha y el tío David.
En la cochera de la casa de los tíos se adaptó un escenario sencillo y tuve una presentación que gustó mucho.



Puedo decir que la estancia en Puebla me reconcilió con la vida después de lo mal que me fue (en lo económico) en Tepoztlán. Lo malo es que la cámara fotográfica me estuvo fallando (y eso que es nueva), y las fotos salieron medio borrosas y obscuras.



Descubrir gente como esa hermosa familia fue grandioso. Nunca podré terminar de pagarles la amabilidad y el trato que me dieron.




Lo mejor de Puebla fue haber tratado a Shayven, Silvia y sus hijas. Lo reconcilian a uno con la vida, son maravillosos. Si hubiera más gente como ellos el mundo sería totalmente diferente.
Gracias Shayven y Silvia.

Shayven escribió en el "feis" esto que agradezco con gran afecto:

Pocos acontecimientos de la vida dependen del face , existe uno que ha tocado muy cerca de mi puerta. Se trata de mi Amigo Jesús Isarrarás quien hace algunas semanas ha emprendido una odisea al estilo mochilero. Es un personaje sencillo y sabio. Trama recorrer, con su guitarra y poderosa voz, Sudamérica. Ha sido autor de varios bestseller para el ajedrez mexicano, importante promotor y también se ha convertido en showman con auténticas dotes oratorias, musicales e istriónicas. Ojalá que si te lo llegas a encontrar puedas abrirle un poco el camino en esta travesía, te lo aseguro, con sus enseñanzas, anécdotas y buen ritmo, cualquier mínimo sacrificio será recompensado con creces. Para que Isarrarás logre la ida y vuelta, por ciudades y pueblos hasta la Patagonia, requerirá que se le abran las puertas y muestren los caminos; si puedes difundir su aventura con ajedrecistas, troveros, cafés, hostales, amigos y hasta casas de cultura, por medio del face, lo ayudarás en su aventura

Gracias Shay.

CUITLAHUAC
Por la tarde del lunes salí rumbo a Córdova. Llegué unos minutos antes de que saliera el último autobús a San Juan de la Punta (mi pueblo), hoy Cuitlahuac.
Mi primo Gonzalo estaba en la casa de su compadre René y estaban en franca comilona con una “pata de elefante” de brandy, de la que dimos cuenta en unas horas.



Canté un par de canciones, nos acordamos de los tiempos de jóvenes con mi primo, René y Miguelina, nuestros anfitriones, nos trataron como reyes, en fin una gran velada.
Al día siguiente acompañé a Gonzalo a sus actividades, visitamos a Beto (su hermano), comimos con él en su rancho, al aire libre en una casa rústica.



Platiqué mucho con Gonzalo y aprendí muchas cosas de la vida del agricultor, por la noche comimos unas ricas “garnachas”.

Al día siguiente a las 6:00 de la mañana ya estaba yo en la terminal de Córdova, para seguir mi camino.

René, Miguelina (su mujer), mis primos Beto y Gonzalo, su familia y la hospitalidad típica de la gente de mi pueblo, me hicieron pasar unos días excelentes. Creo que el mundo y la vida son muy buenos.

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