Pues ya salí de Morelia.
Fueron demasiadas cosas buenas que creo no poder describir a
plenitud, pero al menos haré un resumen de los primeros días.
Mi hermana Cecilia organizó una reunión familiar de
despedida, y me gustó ver a muchas personas que me aman juntas en el mismo
sitio. Fue una taquiza y riquísimo todo lo que se preparó de comer.
Los tacos tenían sabor a familia, a buenos amigos y a
grandes recuerdos.
En las fotos estoy con todos.
Tengo una familia maravillosa y me siento feliz de que ellos
(todos) existan.
Sentirse amado es una sensación magnífica. El único
sentimiento superior es: Sentir amor.
Creo que de aquí en adelante voy a reflexionar mucho sobre
el valor y el objeto de haber tenido la oportunidad de vivir, en mi lugar y en
mi tiempo.
LA PARTIDA
LA PARTIDA
El martes 12 de enero, a las 16:30, salí en autobús rumbo a
Irapuato, donde trasbordé para Pénjamo. La primera parada.
Fue impresionante dejar Morelia, sabiendo que no había un
plan para volver a la seguridad de mi ciudad. Fue extraño, sentía cierto temor
por embarcarme en esta aventura y al mismo tiempo una extraordinaria sensación
de libertad.
Quería beberme con
los ojos el paisaje de Morelia. Quería llevarme todo como una fotografía
mental. La catedral, el acueducto, los portales (el ampere), el Colegio de San
Nicolas, Las Rosas… pero sobre todo a la gente: Amigos, conocidos, familia y
también ¿por qué no? A los desconocidos.
En Irapuato cambié a un “guajolojet” y llegué a Pénjamo casi a las 8 de la noche. Víctor Soria y dos
amigos me esperaban en la central.
Fuimos a su casa, donde sus padres y su hermana Sandra
(odontóloga), me recibieron y me ofrecieron hospedaje. Dije un poema para ellos
y un par de canciones. Después nos fuimos al despacho de Víctor a pasar una
noche con “Torres 10”.
La primera vez que jugué backgamon con Víctor le gané, pero
la siguiente ocasión me ganó él a mí y esta vez me puso una paliza (3-0). Ha
mejorado mucho.
Platicamos de todo con él y sus amigos jugamos backgamon,
cantamos y finalmente a dormir. Pasé una noche estupenda y por la mañana la
lluvia nos recibió.
Sandra nos ofreció de desayunar y más tarde su papá
(jubilado de PEMEX), me llevó a la terminal de autobuses.
Además de la noche de guitarra, trago y juego, fue bonito
conocer a la familia de mi amigo. Gente amable, a la que me llevaré en mis
recuerdos.
A León llegué como a las 13:00 hs.
Nos vimos con Itzcoatl, y su bodega (que varios ajedrecistas
morelianos conocen), estaba irreconocible. “Alguien” metió mano y era un lugar
ordenado y perfecto para vivir.
Había conocido a Iridia en Morelia, pero no la había
tratado, es una excelente mujer, de agradable plática y un gran corazón para
atender visitas. A mí me trató de una manera que debo agradecer en demasía.
Fueron muchas sus atenciones: Gracias Itzcoatl e Iridia.
La gran noticia fue que Itzcoatl había conseguido para mí un
par de presentaciones (13 y 14) en “CONTRAPUNTO”, una peña con el estilo de las
de la época dorada (90´s), por donde pasaron varios de los grandes cantautores
de trova. La peña era atendida por Pedro y Conchita (propietaria del lugar).
Estoy molesto porque no funcionó el flash de mi "pinchurriento" celular, y las fotos dentro de la peña salieron muy obscuras (no se ve nada).
El primer día estuvo muy bien de público (en número, pero
sobre todo en calidad), y creo que ofrecí un buen recital. Al menos todos
salimos contentos.
El segundo día fue algo más flojo en cantidad de asistentes,
pero igualmente buena la manera en que aceptaron mi trabajo. Vendí discos y
fortalecí el “colchón” de recursos para el viaje.
Y llegué a Guanajuato, Itzcoatl e Iridia me llevaron porque
tenían que cobrar un dinero ahí. Me dejaron a una cuadra del Teatro Juárez (el
mejor teatro que he conocido hasta ahora).
La despedida fue emotiva, él es uno de mis mejores amigos y
ella me trató muy bien.
Entre otras cosas le ofrecieron uno de esos nuevos inventos
de realidad virtual: Te ponen unos lentes con los ojos (a manera de cursor)
enfocas lo que quieres ver y yo elegí el teatro Juárez. Lo encendieron y de
pronto estoy en el escenario del teatro: volteo a mi izquierda y veo las butacas,
a la derecha el telón, miro hacia arriba y veo el techo del teatro, hacia abajo
la duela del escenario y hacia atrás las bambalinas y piernas del teatro. Sentía
que si daba un paso a la izquierda me iba a caer en el foso. Después me explicaron
que ese efecto se lograba con seis cámaras una en cada lado de un dado. Fue
fantástico estar en el escenario de un gran teatro.
De ahí partimos a su casa, nos recibió su hermosísísíma
esposa Liliana, cuya belleza es solamente opacada por su magnífico carácter y su brillante inteligencia (la
neta). Me instalaron en el cuarto de las visitas, luego visitamos la casa que
están construyendo para en abril o mayo habitarla.
Rodrigo, es un excelente trabajador para la cultura de su estado, en gran mancuerna con Rubén Mitre, (me consta que ha realizado una gran labor desde su puesto), Ojalá en Michoacán tuvieramos uno como él. Rodrigo es admás cantautor y para muestra una excelente canción de el con "Bola de Nieve Band""SE OYE FUERTE UNA REVOLUCIÓN #SomosBolaDeNieveSomosMéxico"... RODRIGO ESCALANTE
Finalmente se instaló un equipo de sonido para una habitación de 4x7 m., (más o menos), comenzaron a llegar los invitados, amigos de ellos, ofrecí un recital con un público excelente (como el de mi primera noche en León), y seguimos de fiesta, había dos buenos guitarristas, tocaron rolas de Rodrigo, conocí al “Oso malo” (un tipazo), mujeres hermosas y músicos de alto nivel. La fiesta terminó a las cinco de la mañana. ¡Gracias Rodrigo y Liliana! Me regalaron una hermosa noche, junto con sus amigos.
Rodrigo firmando mi guitarra.
Con el "Oso malo"
Como se puede notar mi celular sigue sin flash. Por eso salen las fotos tan obscuras.
Recordaré con cariño Abraham Hdez., Abraham Sevilla, Claudia Romina Franco, José Luis Vázquez, Julio Raya, y Nadia Lizeth, y a los que no supe su nombre, les agradezco una maravillosa noche que me llevaré hasta el fin de mis días.
Al día siguiente Rodrigo se fue a ensayar con Bola de Nieve
Band, y yo descansé comimos pollo y me llevaron en su auto hasta Celaya (para
acercarme a Quéretaro, la siguiente parada). Lo malo es que en el trayecto puso
música de Juan Gabriel y lo bueno es que me quedé dormido.
En Celaya tomé el autobús a Querétaro, adonde llegué a las 9
de la noche.
Lo que he vivido hasta ahora me hace sentir que la vida ha
sido demasiado buena conmigo, y eso que el viaje apenas comienza. ¿Qué
maravillosas sorpresas me esperan?
QUERÉTARO
Estoy escribiendo hasta ahora, porque como mucha gente sabe,
la tecnología me odia, y tuve problemas. Aún los tengo, pero ya entendí como
subir fotos y esas cosas que cualquier niño de kínder sabe.
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