sábado, 23 de enero de 2016

QUERÉTARO
De Celaya a Querétaro fui en autobús, en la central me encontré con Ignacio. En su casa pasamos dos días platicando y bebiendo vino tinto.
Con Ignacio Guízar aprendimos a tocar la guitarra juntos y, cuando muy jóvenes, hicimos un pacto, que a pesar de la carrera que eligiéramos nunca dejaríamos el arte. Además nos comprometimos a que algún día nos presentaríamos juntos en algún teatro. Esto último ya lo hemos realizado en tres o cuatro ocasiones. Estar con Nacho es como convivir con un heremita sabio. Hay mucho que platicar con él.

Con Nacho y una buena ración de vino tinto en su casa.

Les muestro a mi amigo con una de sus canciones.

El segundo día fuimos al café del Fondo”, donde pensaba debutar actuando y solicitando monedas. El café estaba cerrado y tuvimos que esperar hasta el día siguiente, pues ya me había hecho a la idea de que ahí sería mi primera presentación como artista callejero.
El segundo día Ignacio tenía que ir a una junta y me dejó en el centro, a cuadra y media del café. Pensé en llegar tomar un café y ver el ambiente antes de iniciar pero, ¡Oh, sorpresa! Olvidé la cartera en casa y traía sólo ocho pesos.
Si no conseguía dinero, no tendría para el café ni para cigarros. Ahora debía hacerlo forzosamente.
Cantar en un café y después “pasar el sombrero”, era algo que nunca había hecho. Pero tenía que “entrarle, y lo hice.
Pedí hablar con la propietaria del lugar (Elsi), le expliqué rápidamente lo de mi viaje y le pregunté si podía cantar ahí. Me dijo que no había problema y afiné mi guitarra: Canté la del feo, del Rockdrigo, y después: Usted, de Joan Manuel Serrat. Pasé a las mesas y en cinco de siete, recibí monedas: $24.00 y .05 euros en total. No estuvo mal.

Mis primeras monedas, mi café y mis discos.


Las chicas que me dieron las primeras monedas. Gracias, aunque es muy difícil que algún día las vuelva a ver. (La foto es malísima porque fue con mi celular).

Voy a hacer aquí un pequeño paréntesis: En realidad en Morelia recibí los primeros apoyos para mi viaje. Mi hija Luisa me invitó a actuar en la "Librósfera", (un evento singular en Morelia sobre libros), ahí presenté un recital y una chica (ver siguiente foto), me dijo que quería ser la primera en apoyarme y me dio $40.00. Nunca la olvidaré.


Unos días después una gran amiga (Sarahí), me invitó a desayunar (últimos días de diciembre), y me dio también dinero como apoyo para mi viaje.

Continuando con mi debut como artista callejero. Al finalizar pedí un café y cuando me levanté para pagar, Elsi me dijo que “la casa invitaba”. Le di las gracias y salí a comprar cigarros.

Con Elsi, la propietaria del Café del fondo.

Nacho pasó por mí en su auto y tuve una gran sorpresa, venía también, Marcela Dovalí, con quien fuimos compañeros en un diplomado en SLP. Comimos en la casa de Nacho mientras veíamos un excelente documental de arte sobre Marina Abramovic, mujer líder en el performance. Se los recomiendo.
Al día siguiente por la mañana dejé Querétaro.

3 comentarios:

  1. Me dejas Jesus emocionado con este corto pero ameno relato. Sin duda que vendrán mas. Estaremos esperando con ansia el próximo capitulo. Como lo hacíamos en el siglo pasado esperando a Kaliman.no se pierda el siguiente emocionante relato. Avanti siempre avanti.

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  2. Jajajajajajaja, ni sabio ni eremita, si es verdad que este es mi santuario, pero vivo muy comunicado con mis amigos y compañeros de siempre. Un gusto jesús, ser parte de tu aventura, como lo he sido siempre, como cuando tocamos Rock, o cuando hicimos en Morelia "El hombre de la Mancha". Que tu viaje sea rico en vivencias y aventuras. Seguimos en contacto siguiendo tu viaje.

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  3. Se me hace bien significativo que hayas olvidado tu cartera. Es como forzarte a ti mismo a hacer lo que has ido a hacer allá.
    Te quiero mucho, pa.

    Luisa

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