lunes, 28 de marzo de 2016

TUXTEPEC, OAXACA Y COATZACOALCOS

TUXTEPEC
Llegué a Tuxtepec. Me dirigí a la casa (a la salida a Camelia Roja) de mi primo Jorge (su mamá y mi mamá eran medias hermanas), reconocí la casa, estuve aquí hace varios años de regreso de Mérida (del torneo internacional de ajedrez “Carlos Torre” a Morelia), me recibió con su familia: Su esposa Irma Camila, sus hijas Georgina (Gina), Keren Jemima, aunque por x motivos también la llaman Diana y Elvira, la pequeña Camila y su hijo Jorge Alejandro.

La familia de mi primo, solo falta la pequeña Camila.

La casa es muy grande, tanto que renta una parte como bodega a una empresa que comercializa huevo de gallina.

Vista de la sala al patio.

Mi primo llegó a ser el mayor comercializador de mango en el país, luego quebró, pero parece ser que ya está en franca recuperación, yo espero que lo consiga.
Ha sido curioso para mi ver otras formas de vivir, en tierras que no conozco bien aunque pertenezcan a México. De hecho, en parte para eso inicié este viaje.
Teniendo todas las comodidades de la tecnología moderna, frecuentemente la esposa (Irma Camila) de mi primo cocina afuera en un fogón, y comimos en el patio. Por supuesto, con ese maldito calor, no hay agua caliente.
Mi primo, su esposa y la pequeña Camila, en el fogón.

Irma Camila.

Agobiados, extenuados y sufriendo horrores


La familia es cristiana y celebran los ritos los domingos en la casa de Jorge, quien vive entre pastores de la religión y gente de campo.
A Gina, la mayor de mis sobrinas le interesó tocar guitarra y le enseñé algunos rudimentos, es tenaz y en unos días tocaba los bajos de algunas rolas y algunos acordes sencillos.
La otra niña, Keren o Diana, se interesó un poco y también aprendió algo. Al sobrino Jorge le interesaba el ajedrez y también le enseñé algunas cosas de principiantes.
Los chavos me cayeron muy bien. Excelentes en su amabilidad y ambiciosos de saber cosas. De hecho, Gina comentó que un día va a realizar un viaje similar al mío.
Entre las cosas interesantes que me pasaron ahí fue que comí tepejilotes, yerba mora y algunas otras cosas raras (nuevas para mí), recordé mucho a mi madre por las comidas y las pláticas con mi primo que pasa muchas horas del día en la entrada platicando con las múltiples visitas que recibe.


Tepejilotes en estado natural


Tepejilotes guizados

La temporada de mango comienza hasta mayo, y él se dedica mientras tanto a pequeños negocios y tiene mucho tiempo libre.
Como no había mucha actividad, lo tomé como un descanso, aunque creo que abusé, fueron muchos días en Tuxtepec.

OAXACA
Tuvimos una salida a la capital, Oaxaca, con un amigo suyo que se mueve en el ámbito político. Salimos el día XX a las 5 de la mañana y fue una tortura, entre curvas interminables, (me atrevo a asegurar que las cumbres de Maltrata y las Mil cumbres de Michoacán juntas, no le llegan a las de Tuxtepec-Oaxaca). En menos de dos horas subimos de 15 metros sobre el nivel del mar a 3000. Fue un trayecto tan duro que se me revolvió el estómago en serio, pero aguanté como pude.
Con mi primo a 3000 m. de altura.

En un restaurant: Un cafecito antes de llegar a Oaxaca.

Pasamos por Guelatao, un lugar del que solo había leído algo en los libros de historia de la primaria, por Benito Juárez. Está en plena sierra y es una región sumamente abrupta.
Ya había estado en Oaxaca con Fco. Zintzún por una invitación de David Feldman y su esposa (amigos que conocí en Los Angeles), la ciudad sigue siendo hermosa.

Conocí el árbol del Tule, que sólo había visto en mis libros de primaria.

El árbol más "gordo" del mundo.

Al fondo el árbol del Tule

En Oaxaca, entre visitas a políticos y escapadas a algunos lugares donde esperaba ser contratado, o tener un espacio para presentar lo mío, pasamos dos días, ahí comí panuchos.

Un detalle curioso, en las esquinas de Oaxaca, hay anuncios con los nombres de las calles, en relieve ¡Para que lean los ciegos!


Fui a algunos lugares públicos y privados, pero no conseguí nada, por las prisas, disponía de poco tiempo, aunque establecí varios contactos para el futuro.


Con mi primo sufriendo terriblemente.

De regreso la naturaleza me dio otra extraña sensación. De 46 grados a las cuatro de la tarde en Oaxaca, en dos horas estábamos a 9 grados, en la punta de la sierra. La ventaja para mi es que ya sabía de lo duro de las infinitas curvas y me preparé mentalmente, y aunque el viaje se me hizo algo largo fue soportable.

VUELTA A TUXTEPEC
Seguí unos días más en la casa de mi primo y esperé a mi hermano Víctor que vino a alcanzarme para acompañarme un tramo del camino.

Muchas horas pasamos en interminables pláticas y descansando en este lugar.

El cumpleaños de Gina  fue el 24 de febrero, pero se mató un cerdo el siguiente domingo para festejarla, fue la última tarde en Tuxtepec, había sido demasiado descanso para mi.

Domingo 28 de febrero, preparando todo para festejar el cumpleaños 16 de Gina.

Mi primo me invitó a quedarme por más tiempo, meses incluso, pero era imposible, tenía que seguir caminando.
Al día siguiente salimos con Víctor rumbo a Coatzacoalcos: la siguiente parada.

COATZACOALCOS
Llegamos y hablé con mi amigo Alfonso Gutiérrez, a quien había conocido en Los Angeles, donde colaboraba con la estación de radio KPFK, su hermano Jesús tiene, a media cuadra de la central del ADO un pequeño hotel de tres cuartos, nos hospedamos ahí y esperamos a Alfonso que vive en Minatitlán.
Alfonso es un tipo muy noble y comprometido, convencido de que el país necesita grandes cambios, y que lo peor que hay es la corrupción, entregado por completo a MORENA, hace una gran labor, invierte, sin interés personal, una buena parte de sus ingresos en apoyar al partido. Al conocer su ideología y manera de pensar me convencí que hacen falta más mexicanos como él para conseguir un cambio sustancial en México (que tanta falta nos hace).
Salimos a pasear por el centro y el malecón de Coatzacoalcos, y me encontré con una gran sorpresa: El kínder (que no de la edad de piedra malditos chismosos) en el que estuve hace unos 59 o 60 años. Víctor fue el que lo vio y me avisó: Oye este es tu Kínder.
Yo creo que se dio cuenta por la ubicación, ya que él es mayor y recordaba algunas calles de Puerto México.
Lo más sorpresivo es que, todo estaba como lo recuerdo vagamente (ha pasado algún tiempo), nos dejaron entrar y nos tomamos una foto junto al chapoteadero.

Con Alfonso y Víctor en el chapoteadero

El exterior del Kínder

Bordeamos por el malecón del río Coatzacoalcos y seguimos por el malecón de la playa, otro recuerdo grande de mi infancia es que en Coatzacoalcos conocí el mar.
En el malecón, llegamos hasta un pequeño museo en una construcción con forma de pirámide. Ahora sé que Coatzacoalcos, (conocido como Puerto México hasta los años 50´s), tiene que ver con Quetzalcóatl, la serpiente emplumada.





Con Víctor recordamos a nuestra madre, pues comimos en dos o tres ocasiones empanadas (que desde mi infancia no saboreaba) y memelas (ahora se llaman picadas).
Víctor y yo pasamos tres días en Coatzacoalcos, me comuniqué con la casa de la cultura, pero al igual que en Oaxaca estaban celebrando el “año de Hidalgo” (último años del sexenio), y las autoridades se dedican a lo suyo.
El último día nos notificaron que murió el tío Abraham en Córdoba y Víctor se regresó para estar en el sepelio y de ahí siguió para Morelia. Yo a Mérida.
Con Alfonso jugué ajedrez en Los Angeles y me ganó, yo venía con sed de venganza, pero no fue posible sentarnos a jugar y la revancha quedará para otro día.
Me despedí de Alfonso y su hermano Jesús (dos magnificas personas con las que espero volver a convivir algún día), Jesús me acompañó a la terminal y salí a las 9 de la noche del lunes 1 de marzo rumbo a Mérida.

jueves, 3 de marzo de 2016

PUEBLA Y CUITLAHUAC

PUEBLA
En Puebla se me acabó el mes de Movistar y me quedé sin conexión. Logré comunicarme con Shayven, quien me hospedó y me compró casi todos los libros que me quedaban (qué aliviane, la carga era muy pesada).
Vive con su esposa Silvia (muy agradable), y dos lindas hijas: Ashany (4 años), Sougen (6 años), muchos pecados tiene Shayven por pagar, sus dos hijas son muy lindas y comenzará a pagar en 10 o 12 años.



Estuvimos un rato en su negocio, en el centro comercial: El Campanario. Ahí conocí a varios amigos ajedrecistas, que parecen tener grandes planes para el ajedrez poblano, espero todo les salga bien.




Por la noche fui al centro a conocer los lugares donde pudiera conseguir trabajo. El Barrio del Artista se veía muy bien para mis propósitos.
Finalmente me arreglé para trabajar en El Realengo el viernes 5 y en el 19-40 café el sábado 6 de febrero.



Hice trato para actuar en el 19-40 Café, pero el día del evento (4 de febrero), sufrieron un atraco y se canceló.
Viví varios días de paz y tranquilidad con Shayen y su familia. Incluso el sábado me atacó una gripa en la mañana y milagrosamente desapareció ¡en unas horas! Con la medicina que me dio Silvia.
El día 5 me fue de maravilla en El realengo, el público me recordó las grandes noches del “Colibrí” en Morelia. Pero lo mejor fue el domingo, Shayven organizó un evento para sus familiares y amigos en la casa de la tía Martha y el tío David.
En la cochera de la casa de los tíos se adaptó un escenario sencillo y tuve una presentación que gustó mucho.



Puedo decir que la estancia en Puebla me reconcilió con la vida después de lo mal que me fue (en lo económico) en Tepoztlán. Lo malo es que la cámara fotográfica me estuvo fallando (y eso que es nueva), y las fotos salieron medio borrosas y obscuras.



Descubrir gente como esa hermosa familia fue grandioso. Nunca podré terminar de pagarles la amabilidad y el trato que me dieron.




Lo mejor de Puebla fue haber tratado a Shayven, Silvia y sus hijas. Lo reconcilian a uno con la vida, son maravillosos. Si hubiera más gente como ellos el mundo sería totalmente diferente.
Gracias Shayven y Silvia.

Shayven escribió en el "feis" esto que agradezco con gran afecto:

Pocos acontecimientos de la vida dependen del face , existe uno que ha tocado muy cerca de mi puerta. Se trata de mi Amigo Jesús Isarrarás quien hace algunas semanas ha emprendido una odisea al estilo mochilero. Es un personaje sencillo y sabio. Trama recorrer, con su guitarra y poderosa voz, Sudamérica. Ha sido autor de varios bestseller para el ajedrez mexicano, importante promotor y también se ha convertido en showman con auténticas dotes oratorias, musicales e istriónicas. Ojalá que si te lo llegas a encontrar puedas abrirle un poco el camino en esta travesía, te lo aseguro, con sus enseñanzas, anécdotas y buen ritmo, cualquier mínimo sacrificio será recompensado con creces. Para que Isarrarás logre la ida y vuelta, por ciudades y pueblos hasta la Patagonia, requerirá que se le abran las puertas y muestren los caminos; si puedes difundir su aventura con ajedrecistas, troveros, cafés, hostales, amigos y hasta casas de cultura, por medio del face, lo ayudarás en su aventura

Gracias Shay.

CUITLAHUAC
Por la tarde del lunes salí rumbo a Córdova. Llegué unos minutos antes de que saliera el último autobús a San Juan de la Punta (mi pueblo), hoy Cuitlahuac.
Mi primo Gonzalo estaba en la casa de su compadre René y estaban en franca comilona con una “pata de elefante” de brandy, de la que dimos cuenta en unas horas.



Canté un par de canciones, nos acordamos de los tiempos de jóvenes con mi primo, René y Miguelina, nuestros anfitriones, nos trataron como reyes, en fin una gran velada.
Al día siguiente acompañé a Gonzalo a sus actividades, visitamos a Beto (su hermano), comimos con él en su rancho, al aire libre en una casa rústica.



Platiqué mucho con Gonzalo y aprendí muchas cosas de la vida del agricultor, por la noche comimos unas ricas “garnachas”.

Al día siguiente a las 6:00 de la mañana ya estaba yo en la terminal de Córdova, para seguir mi camino.

René, Miguelina (su mujer), mis primos Beto y Gonzalo, su familia y la hospitalidad típica de la gente de mi pueblo, me hicieron pasar unos días excelentes. Creo que el mundo y la vida son muy buenos.

jueves, 4 de febrero de 2016

RODEANDO AL D. F. (Toluca, Cuernavaca y Tepoztlán)

TOLUCA
Después de casi cuatro horas llegué a Toluca con dos cajas llenas de libros de ajedrez, mi valija y mi guitarra. Fue pesado llegar al taxi. (lo bueno es que la carga se va aligerando).
Estuve con mi sobrina Iliana, su esposo Marco y su hijo Marco (creo que se gastaron como 6 neuronas para ponerle nombre).
Una bonita familia


Al día siguiente descansé totalmente. Sólo en casa (los adultos en el trabajo y el niño en la escuela), me dediqué a ordenar mis “tiliches” y mis pensamientos.
Ignacio Guizar me puso en contacto con Perla Quintero, una artista de Toluca. Me comuniqué con ella desde Morelia y ella se esforzó mucho para que yo tuviera presentaciones artísticas en Toluca.
Perla resultó ser una mujer hiperactiva, del tipo de gente que regala mucho de su trabajo a causas nobles. Baila danza moderna y tiene la intención de vivir la aventura por América (como yo) con un grupo de amigos bailarines y músicos. Ojalá que lo consiga.

Con Perla Quintero

Por la noche fui a una reunión de bohemios capitaneados por el sr. Larrañaga un fotógrafo muy bueno y reconocido en la ciudad. El evento, algo informal, estuvo muy bien, con una ligera mancha:  un tipo, algo pasado de copas, de esos que gustan de ser el centro de atención de las reuniones.
Presenté un recital completo y me ofrecieron vino, la copa se vendía pero no me quisieron cobrar.


Al día siguiente me vi con Alma Nelida, una amiga que conocí tres años atrás cuando ella tenía 17 años. Nelida estudia arte gráfico en la universidad, le regalé mi último disco (Una Gran Noche) y ella me obsequió una litografía donde representó una parte difícil de su vida. Tomamos un café y platicamos toda la tarde. Lástima que al siguiente día no la pude volver a ver.




El sábado 30 nos vimos con Perla y me ofreció la chance de ir a Tepoztlán, donde trabaja su hija Fanny (que estudia en Cuernavaca), un pueblo mágico en el estado de Morelos que yo conocía sólo de oídas.
Pasé dos días más en Toluca, muy feliz y prácticamente descansando.
La última noche (domingo 31), celebraron con atraso dos cumpleaños. Marco (el papá) y su hermana Ara, estuvieron en la reunión, además de Iliana, Marco y Ara, Miguel el hermano de Marco y su novia Mariela, además de los niños (la hija de Ara y Marco). Hubo pastel, mezcal y gelatina. Canté y declamé para ellos, me sentía como en casa, fueron todos muy amables. En fin fue una velada fantástica.


Al día siguiente, por la mañana, salimos con Marco y Marco al cerro del Calvario, donde se tiene una inmejorable vista de Toluca. Me tomó Marco unas fotos con el Rey Poeta: Netzahualcóyotl.


Caminamos por el paseo Colón, donde aligual que Morelia, se cierra la calle los domingos, pero además de gente en bici o en patines, hay ajedrez.


Visitamos el hospital de animales donde trabaja Marco.


Salí de Toluca a las dos de la tarde camino a Tepoztlán.
Gracias por todo Iliana y Marco. Fue hermoso ver facetas de ustedes que no conocía. También gracias a Perla y Nelida.

TEPOZTLÁN
Me encontré con mi hija y su novio en la terminal de estrella blanca en Cuernavaca y me llevaron a Tepoztlán, recorrimos el pueblo mágico, que parecía feria (domingo), comí  dos itacates, y fuimos a buscar a Fanny (hija de Perla), quien me había buscado un alojamiento económico.



Conocí ahí a Alejandro (Chango Macho), quien vive en Tepoztlán desde hace siete años, pinta y hace música. Alejandro ha viajado mucho, estuvo en Canadá y luego anduvo por Latinoamérica, llegó hasta Bolivia pues al pasar a Brasil lo deportaron. Me regaló un disco suyo donde él toca todos los instrumentos y canta. A continuación una “rola” de su disco.


La casa estaba como a tres km. De Tepoztlán, una casa (ecológica) de Pablo y Ruth. Con ellos estaba una amiga de ellos (italiana) llamada Morena.

Morena, yo, Ruth y Pablo

Curiosamente Pablo es medio hermano de un amigo de mis tiempos de estudiante, Juan José Rivadeneyra.





Mi habitación y la vista desde la ventana

Pablo y Ruth a los 26 y 25 años respectivamente se fueron a vagar por Europa y Asia durante 19 años, en los cuales vivieron en 38 países. Finalmente volvieron a México y compraron un terreno donde acamparon mientras construían su casa ecológica. Ahora tienen un local de artesanías en Tepoztlán y hospedan gente en su casa. Se les ve felices, aunque se nota cierto deseo de volver a emprender el camino.
Al día siguiente (1 de febrero), bajamos al pueblo y canté en un par de lugares por unas monedas, realmente los cafés y restaurantes ya estaban prácticamente vacíos y no se veía la necesidad de quedarme, el lunes por la noche se iría el poco turismo que quedaba y no había posibilidades de sobrevivir, así que decidí irme de inmediato a Puebla , vía Cuautla.
El lunes por la mañana fui al ayuntamiento y hablé con David Sánchez Flores, quien se interesó en que en un futuro no lejano ofrecer un taller de ajedrez. El anterior presidente municipal saqueó todo antes de partir, y los trabajadores usaban sus propias computadoras personales, esperando pronto poder cobrar, parece que iban a trabajar unos meses más sin sueldo. ¡Hay Emiliano, cuanta falta haces en tu tierra!
Pasé la tarde en un café escribiendo y luego en el negocio de artesanías de Pablo. Aproveché para tomarme una foto con Fanny (que trabaja en el negocio de junto), la linda hija de Perla, quien al igual que su madre fue muy amable.



Empaqué y salí por la noche de Tepoztlán. Un lugar muy hermoso pero donde no parecía haber nada para mí.
Mis preocupaciones por mi proyecto de viaje aumentaron, pues me di cuenta que las cosas podían ser nada fáciles.
Lo mejor que me llevé de ahí fue la gente que conocí y el haber visto el Tepozteco (imponente y hermoso), la montaña que da nombre al pueblo.
Salí de Tepoztlán a las 9 de la noche, con los últimos turistas (del D. F.), que esperaban su camión. Hice migas con cuatro chavos jóvenes y me tomé una foto (lástima, salió mal) con una de las chicas.

Esperando la salida de mi camión a Cuautla



Ahí comenzó otra parte de mi calvario personal. En Cuautla las terminales de camiones cierran por la noche y tuve que conseguir hospedaje en un hotel de paso (Gran Sama) por $140.00 la noche (cobraban $60.00 por hora para las parejas que iban por un rato).

Por la mañana después de bañarme, comer un tamal y beber un litro de leche, salí a Puebla.

CONTINUARA...